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Christine De Pizan (1364 – 1430)

octubre 2, 2010

Christine de Pizan fue una importante escritora de la Europa medieval que nació en Venecia en 1364. Cuando apenas contaba 4 años se trasladó a la corte de Carlos V en París, en la que su padre Tommaso ofrecería su servicio como médico y físico. Christine vivirá rodeada de lujos y recibirá un educación muy completa que perfeccionará en la enorme biblioteca real. La madre de Christine siempre se opuso rigurosamente a su instrucción, era inflexible en su idea de educar a su hija solamente para que fuera capaz de cumplir las tareas domésticas.

Se casó cuando solamente tenía 15 años con Estienne du Castel, un joven de estirpe noble que ocupaba el cargo de notario del rey. Al cumplir los 25 años Chistine enviudó, había gozado de un feliz matrimonio hasta que Estienne contrajo la peste y murió. La vida se volvía difícil para Christine que se quedó sola con tres hijos, su situación económica fue empeorando sobre todo porque fue víctima de varias estafas contra las que inició varios pleitos judiciales. Empeoró su situación cuando su hijo menor murió al poco tiempo de nacer.

Para afrontar el complicado momento por el que estaba pasando y mejorar su situación económica, se convirtió en la que fuera posiblemente la primera mujer que se dedicó profesionalmente a la escritura lo que le permitió en pleno siglo XV, mantener a su madre, hermanos e hijos. Si bien es cierto que al principio escribía baladas para lamentarse de la muerte del amado, la corriente Humanista la condujo pronto por un camino bien distinto dedicándose a temas relacionados con la política, la historia y la condición de la mujer.

Su libro más conocido es «La ciudad de las damas», en él describe a un grupo mujeres ejemplares, reales o míticas, cuyas virtudes no habían sido superadas por ningún varón. Por primera vez alguien tomará la palabra en nombre de todas las mujeres para defenderlas de las acusaciones que les dedicaban los hombres. Las acusaban de escasa capacidad intelectual, debilidad, avaricia o infidelidad; de causarles placer la violación y de hacer insoportable el matrimonio con su amargura y rencor. Les impedían estudiar alegando que el conocimiento corrompería sus costumbres. En medicina se consideraba a la mujer un falso hombre o un ser defectuoso.

Christine será percursora, tras publicar la obra “Cartas de la Querella del Roman de la Rose”, de lo que se conocerá en el Renacimiento como la «Querella de las mujeres” o «Querelle des femmes». Diversas intelectuales del momento discutían con los escritores sobre la dignidad de las mujeres.

En 1407 estalla la guerra civil en París y Christine se refugia en el convento de Poissy con su hija, donde muere en 1430 a los sesenta y seis años.

El círculo Bluestockings

septiembre 16, 2010

Algunos historiadores dicen que las medias azules que vestían sirvieron para que llamaran Bluestockings de forma peyorativa a un grupo de mujeres intelectuales del s XVIII que se reunía en Londres.

El círculo Bluestrockings lo formaron un grupo de damas de la alta sociedad cansadas de las reuniones sociales en las que los hombres se apartaban para hablar de política y otros temas importantes, mientras ellas vestidas con sus medias negras de seda se mantienían al margen y se dedicaban a entablar conversaciones más banales. Pero las mujeres de la alta sociedad tienen una buena formación académica y se aburren y es en este contexto es en el que las mujeres deciden realizar sus propias reuniones.

Para otros historiadores este nombre se les dio porque Elizabeth Vesey, una de las fundadoras del círculo, invitó al botánico Benjamin Stillingfleet a una de sus reuniones. Stillingfleet le respondió que no iba correctamente vestido puesto que llevaba unas medias azules, pero Vesey insistió diciendo que ellas llevaban las medias de lana que se usaban en las situaciones informales. Desde entonces Benjamin formó parte del grupo.

Sus acciones fueron revolucionarias, pero sus ideas eran conservadoras, no hay que olvidar que eran damas de alta alcurnia. Se ocupaban de cuestiones humanitarias conservando un perfecto rigor moral e intelectual manteniéndose al margen de vicios y pasiones, uno de sus objetivos fue ayudar a mujeres que quisieran instruirse a las que por su situación económica y social no les era posible.

En sus reuniones estaba prohibido hablar de política, su discusión principal fueron la literatura y el arte y a algunas no les fue tan mal porque consiguieron publicar sus obras literarias, como Elizabeth Carter que publicó sus ensayos y poemas y también tradujo a Epícteto.

Para saber más http://www.faculty.umb.edu/elizabeth_fay/archive2.html

Maddalena Casulana

septiembre 13, 2010

Maddalena Casulana (1544 -1590) fue una compositora del Renacimiento tardío. Nació en la Toscana  dónde recibió formación musical desde muy joven, lo que hizo posible que  pronto destacara como cantante e intérprete de laúd. Se casó con un hombre llamado Mezari, pero de su vida privada hay poca información.

Lo más interesante de la vida de Maddalena consiste en que fue la primera mujer compositora que pudo publicar su obra en el mundo occidental. En Florencia escribió su primer trabajo «Il Desiderio», y dos años despuésmás tarde publicó en Venecia su primer libro, «Il primo libro di madrigali», considerado el primer trabajo musical publicado por una mujer occidental

Dedicó alguna de sus obras a Isabel de Medicis, a quien conocía personalmente.

Fuente:

Haz clic para acceder a Maddalenacasulana.pdf

Bathory, la condesa asesina

septiembre 12, 2010

Erzsebet Bathory , sobrina del rey de Polonia, nació en Hungría en 1560. En la familia hubo algunos miembros que desde niños sufrieron algún tipo de perturbación con síntomas de crueldad. Los padres de Erszebet, los Barthory, eran primos, católicos, y partidarios de la hegemonía española. Pero por ser católicos no tuvieron ningún miramiento con sus sirvientes y subordinados, con quienes se comportaban con crueldad

A Erzebet la prometieron cuando apenas contaba 11 años, con Ferenz Nadasdy, conocido en el campo de batalla como el Príncipe Negro. A partir de ese momento la envían a casa de su suegra Orsolía, una mujer con un gran sentido común, para que esta la eduque.

Al casarse Erszebet adquirió el título de condesa, el marido parte al frente pero quien manda en el hogar continúa siendo Orsolía. La condesa se ha convertido en una hermosa joven que en cuanto toma conciencia de su belleza empieza a temer su pérdida.  Ocupa la mayor parte de su tiempo mirándose en el espejo y buscando defectos y arrugas.

No le gusta cuidar de su marido cuando vuelve de la guerra, generalmente desnutrido, herido o enfermo, aunque sí le pregunta sobre los castigos que aplican a los prisioneros, y sobre las muertes en el campo de batalla. Pero él cansado de la guerra no le responde, prefiere olvidar, y tampoco comprende por qué su esposa se regodea en sus relatos.

Pero a Erzebet el sufrimiento ajeno le proporcionan mayor placer que el sexo.  En una ocasión le relata emocionada a su marido como matan a un caballo, lo abren en canal y dentro encierran a hombre acusado de traición.  El marido le responde que es una crueldad innecesaria, y que a un traidor se le ajusticia de la manera más rápida posible

Erzsebet toma como criada personal a Darvulia, una vieja considerada una bruja remediera. Darvulia la inicia en el consumo de plantas y alucinógenos que piensa que la conservarán eternamente bella.

Cuando se va de casa de su suegra se convierte en la tirana de sus criadas a las que puede llegar a azotar hasta la muerte por un simple descuido

Accede viajar a Viena o Budapest y a relacionarse en sociedad solamente para lucir su belleza y sus joyas, en público se comporta con una educación exquisita. Pero cuando muere su esposo en 1604, manda lejos a sus hijos para quedar completamente libre.

La condesa pide a sus criadas que le traigan chicas jóvenes vírgenes, no se tiene noticia de que hubiera torturado a ningún hombre. Son hijas de campesinos que consideran una suerte servir en una casa noble. Cuando los campesinos pasaban mucho tiempo sin saber de sus hijas preguntan por ellas, pero les dicen que han enfermado y muerto de una enfermedad contagiosa y que por eso las han enterrado con urgencia.

Erzsebet piensa que sus jaquecas se curan bañándose en sangre. El Talmud de los hebreos dice que la jaqueca mejora vertiendo sangre sobre la cabeza de quienes la sufren y Plinio contaba que los egipcios usaban sangre para las dolencias de la piel. En todos los casos utilizaban, no obstante, sangre de animales.

Mantenía con vida el mayor tiempo posible a las chicas, y si morían pronto enfurecía. Las torturas podían ser unos pocos azotes pero no le importaba quemar con un hierro candente las plantas de los pies, los pechos y el pubis de las muchachas. Las mantenía muchos días sin comer hasta que les ofrecía la carne asada de otra muchacha.

Los campesinos callan y alejan a sus hijas del pueblo, pero la condesa busca sangre también por los alrededores. Las mujeres de la limpieza bajan a limpiar los sótanos y otros muchos han oído gritos y lamentos. La condesa y sus ayudantes lo toman por costumbre, se vuelven descuidados, incluso manda a repara a Viena la Doncella de Hierro. Las familias, Bathory y Nadasdy, empiezan a murmurar, incluso en una ocasión su yerno encuentra un cadáver, pero huye y no dice nada.

Darvulia, le enseña sus conocimientos sobre las hierbas. La condesa consumía drogas y las administraba a las vírgenes para mantenerlas despiertas o aumentar su sensibilidad. Cuando muere Darvulia busca una sustituta, Ezra Majorovva.

Los últimos años, las escogidas rondan los once o doce años. Pero un día una de sus víctimas es la hija de un rico que no se conforma con las explicaciones de los criados. Además, mató a alguna muchacha noble con la idea de que su sangre sería más pura.

El rey manda que apresen a la condesa. Cuando los caballeros se disponen a cumplir las órdenes del rey encuentran el sótano de los horrores. Encontraron muchachas encadenadas que aun estaban vivas, restos de dos cadáveres desollados y el diario de la condesa.

El rey es partidario de ejecutar a la condesa públicamente aunque una parte de la nobleza no está de acuerdo. Juzgan primero a los cómplices, a ella se la juzga en un acto separado. Dedujeron que los habitantes del castillo sabían lo que pasaba pero que nadie se atrevió a denunciarlo. Se condenó a la condesa a ser emparedada en sus aposentos para siempre, dejando solamente un hueco horizontal a la altura del suelo, por el que le pasaban alimentos. Durante los cuatro años que se mantuvo con vida durmió entre sus propias heces, llena de piojos, pústulas, sarna y herpes. Jamás se la oyó lamentarse o llorar.  Murió el 21 de agosto de 1614.

La marquesa de Pompadour, amante real

May 30, 2010

Nadie podía imaginar cuando nació en París Juana Antonieta  Poisson en el año  1721 que iba a convertirse en la maitresse en titre de Luis XV. O lo que es lo mismo la amante oficial y reconocida elegida por él, su favorita. Y nadie lo podía imaginar porque era hija de Francisco Poisson,  acusado de malversación de fondos y condenado que en 1727 huyó a Hamburgo y no regresó a París hasta 1739.  Juana Antonieta para poder continuar sus estudios se instruyó en un convento de ursulinas. Además la futura marquesa educa su voz,  descubre los secretos de la danza, y aprende reconocer las técnicas del dibujo y la literatura mientras se va convirtiendo en una joven que por su belleza va a llamar la atención de nobles y villanos.

El primer matrimonio de Juana Antonieta fue con el hijo del tesorero de la Casa de la Moneda, Carlos Guillermo, con quien se casó en 1741. El primer hijo del matrimonio nació a los nueve meses murió al poco tiempo, sin embargo en 1744 nació su hija Alexadrine. A Juana Antonieta le gusta pasar grandes temporas en el Castillo de Étioles, cerca del bosque de Sénart, lugar donde a Luis XV le gusta ir de caza y donde el 25 de febrero de 1745 se celebró una fiesta por todo lo alto y un gran baile de máscaras en honor al matrimonio Dauphin reunirá a Juana Antonieta y a Luis XV por primera vez.

En julio de 1745 Juana Antonieta se instala en las Tullerias, la nombran  Marquesa de Pompadour, ya se había separado legalmente de Carlos Guillermo y en septiembre fue presentada ante la Corte de Versalles, era la amante oficial de Luis XV. Nunca se había visto rodeada de tantas personalidades como por ejemplo  los hermanos París, el Cardenal de Tencin o el Cardenal Richelieu.

Los encuentros íntimos con el rey duraron poco tiempo, se dice que solamente hasta 1751, y que incluso le permitió mantener relaciones con otras mujeres jóvenes con la finalidad de mantener su estatus. Pero Madame Pompadour continuó siendo la confidente  del rey hasta su muerte, preparaba informes políticos y los ministros y el rey acudían a sus aposentos para entablar conversaciones políticas. Entre otras cuestiones aconsejó las alianzas entre Prusia y Austria que provocaron la Guerra de los Siete Años.

Era una mujer de un gran gusto y muy culta, conocía a los autores de su época, dibujaba con habilidad y había recibido lecciones de canto con algunas de las estrellas de la Ópera de París.  Le fue fácil convertirse al mecenazgo, recibía a los escritores en el entresuelo del intelectual Quesnay, su médico.  Ayudó a Diderot y protegió a los enciclopedistas, dio trabajo al pintor Boucher y a muchos artesanos que trabajaban la porcelana de Sèvres. Organizaba espectáculos en la corte , toda clase de espectáculos. Supervisó monumentos como la Plaza de la Concordia y el Pequeño Trianón. Compró el Hotel d’Evreux, al que conocemos hoy como Palacio del Elíseo.

Madame de Pompadour tenía cuarenta y dos años en febrero de 1764. No se encontraba bien  y a menudo tenía problemas de corazón. Durante su estancia en Choisy cogió un resfriado, pero era algo más que un simple resfriado. El 29 de febrero escupía sangre, el diagnóstico de los médicos fue muy claro: la marquesa tenía neumonía.

Había pasado una semana sin señales de mejora, Luis XV se mantenía junto a su lecho tanto tiempo como le era posible porque aunque Madame Pompadour ya no era su favorita, era sin lugar a dudas, su mejor amiga. El 10 de marzo el médico cree que no hay nada que más que hacer, sin embargo se recuper y el 24 de marzo mejora y regresa a Versalles. En la tarde del  7 de abril, la marquesa sufrió una recaída, tenía gran dificultad para respirar.

Muere la mañana del 15 de abril a las nueve y media. Según un protocolo establecido por Luis XIV, sólo los reyes y príncipes pueden morir en  Versalles. Sin embargo la marquesa de Pompadour murió en Versalles gracias a la gran amistad que durante 20 años le había unido a Luis XV. Discretamente y en silencio, la llevaron enseguida a su mansión.

Los funerales fueron oficiados en Notre Dame, el interior estaba completamente revestido de negro. Ni el mal tiempo, ni la lluvia, ni el viento pudieron evitar que Luis XV esperara en el balcón de mármol de la corte de del castillo sin poder apartar la mirada de la avenida París. El rey no se movió de allí hasta que desapareció el cortejo fúnebre y a su paso gritó: «Estos son los únicos honores que yo puedo rendirle. Piensénlo, una amiga de veinte años! «

Travestismo femenino y matrimonios bostonianos

febrero 2, 2010

En el siglo XIX las relaciones románticas entre mujeres fueron públicamente reconocidas entre ellas. Algunas mujeres se cortaban el pelo y vestían ropas de hombre con la esperanza de lograr la misma libertad e independencia que gozaban los hombres. Crearse una identidad masculina iba a permitir que accedieran a trabajos más cualificados o en cualquier caso  tener mayores oportunidades con unos salarios más altos y una vida de aventuras que de otro modo  no hubiera estado a su alcance. Pero es que además llegaron a correrse juergas con prostitutas y a casarse con mujeres.

Había mujeres que se travestían solamente en ocasiones especiales, no aspiraban a pasar totalmente por hombre, un buen ejemplo es la escritora George Sand que lo hacía con el propósito de liberarse de las limitaciones del sexo femenino.

El travestismo implicaba la complicidad de otros, algunos sacerdotes aceptaban casar parejas de mujeres. Compañeros de trabajo, la familia iban a guardar el secreto y algunas ingenuas pensaban que sus amigas se habían transformado en hombre. La comunidad lo aprobó de forma provisional, con el tiempo empezaron a culpabilizar al miembro masculinizado, la ley prohibió el travestismo, que se consideró una conducta desordenada y una violación de los principios masculinos. Apareció de forma peorativa el apelativo de «georsandismo» para caricaturizar a las mujeres de comportamiento transgresor que osaban ponerse pantalones, las feministas de la época lo utilizaron como símbolo de rebeldía aunque ellas no vistieran pantalones.

Entre las clases medias victorianas muchas mujeres mantenían relaciones homosexuales. Surgían como una relación romántica en la escuela debido a la fuerte segregación de sexos de la época y en ocasiones duraban toda la vida. Culturalmente se permitía expresar amor emocional y físico que se consideraba distinto a las relaciones sexuales que se mantenía en las relaciones heterosexuales. Se expresaba mediante epístolas  que eran consideradas una expresión poética o literaria, pero que para las mujeres expresaba un amor real.

Sin embargo, a finales de siglo XIX  las nuevas profesiones, el acceso de la mujer a la universidad y la la disponibilidad de pisos y residencias para damas en Gran Bretaña y Estados Unidos hizo que muchas mujeres decidieran quedarse solteras, por ejemplo según un informe de 1909 solamente se casaron el 22% de las 3000 mujeres que ingresaron en la Universidad de Cambridge.

Los matrimonios bostonianos o femeninos eran públicamente conocidos y aceptados entre la clase alta aunque no lo eran entre la clase obrera. Las mujeres vivían juntas, celebraban reuniones familiares, compartían propiedades y dormían en la misma cama. No fue hasta la década de los 80 que médicos y teóricos comenzaron a desvalorizar a las trasvestidas y los amores románticos y las catalogaron como invertidas sexuales o lesbianas.

Fuente: Historia de las mujeres El siglo XIX  de Georges Duby y Michelle Perrot

Ada Lovelace

May 17, 2009

Ada de niña

Ada de niña

Augusta Ada Lovelace, hija del poeta Lord Byron y de la matemática Annabella Milbanke nació Londres en 1815. El matrimonio de los padres de Ada apenas duró un año pero Lord Byron le dedicó bellos poemas, y parece ser que sus últimas palabras fueron para ella. A Ada se la considera la primera programadora de computadoras de la historia.

Ada se dedicó a la música y la matemática, su madre temía que Ada fuera poeta como su padre y la educó para que mostrara cierto desprecio hacia su talento artístico y la alentó para que sus intereses discurrieran por el camino de la ciencia y la matemática, asignándole como tutor al prestigioso Augusto Morgan. A los 17 años conoció a Babbage quien después tendría un papel importante en su vida.

Ada contrajo matrimonio con Sir William King, el conde de Lovelace, con quien tuvo tres hijos. El conde era un hombre amable pero de menor nivel intelecAdatual y el nacimiento de sus tres hijos impidió a Ada seguir con sus estudios.  Ada tuvo problemas con los juegos de azar diseñando métodos matemáticos para apostar e ingeniándoselas para jugarse a espaldas de su marido la fortuna familiar.

La Condesa de Lovelace siempre tuvo una salud débil, ya a los 14 años sufrió el sarampión y a los 29 tuvo problemas físicos y mentales. Se dice que el consumo de drogas y alcohol contribuyeron a debilitar su salud pero otras fuentes dicen que las drogas las utilizaba para el tratamiento de sus enfermedades. Lo cierto es que murió de cáncer en 1852 a la edad de 36 años.

Cuando en conoció a Babagge en 1833, este le mostró su «ingenio analítico», una especie de ordenador o máquina de calcular con la que su madre y ella quedaron muy impresionadagrdnapo-210x257s. En 1843 publicó una traducción de Notions sur la machine analytique de Charles Babbage, en ellas añadió unas notas, en las que, según Babbage, mejoró su máquina porque ideó y seleccionó las ilustraciones, encontró una solución algebraica a diversos problemas y le indicó un grave error que había cometido. Estas notas ocupan tres veces la extensión de la memoria original y en ellas explicaba cómo programar el ingenio y proporcionó lo que muchos consideran el primer programa de ordenador.

Concha Méndez

abril 15, 2009

concha-mendez

Quisiera tener varias sonrisas de recambio

y un vasto repertorio de modos de expresarme.

O bien con la palabra, o bien con la manera,

buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…

Y al igual que en el gesto buscar en la mentira

diferentes disfraces, bien vestir el engaño;

y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,

con sutil maniobra, la caricia del daño.

Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,

los que pueblan el mundo y se llaman humanos:

siempre el beso en el labio, ocultando los hechos

y al final… el lavarse tan tranquilo las manos.

La mujer en Carlos Fisas

abril 15, 2009

leightontristranEscribe Carlos Fisas en su libro «Intimidades de la Historia» un estupendo artículo sobre lo que otros autores en la historia hablaron de las mujeres.

Cuenta por ejemplo lo que la feminista francesa  Louise Weiss explicaba en su libro Combats pour les femmes que «Una morena de brillantes ojos entró un día en nuestra oficina, sede de la asociación La Mujer Nueva y se ofreció para ayudarnos. «Espero que mis referencias serán suficientes -dijo-, he matado a mi marido.

O como explicaba Françoise Giroud que la mujer no será verdaderamente igual al hombre hasta el día en que para un cargo importante se designe a una mujer incompetente.

En el siglo XVIII un escritor, Drouet de Maupertuis, decía que las mujeres no aman ni a sus maridos, ni a sus hijos, ni a sus amantes, sino que se aman a sí mismas, y otro autor del mismo siglo afirmaba que la mujer había sido sacada de una costilla de Adán cerca de su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada.

Dice Fisas que se ha hablado mucho de la mujer objeto, pero no es en brazos de los hombres cuando ellas se sienten objeto sino ante los ojos del médico.

De las obras de Honoré de Balzac extrajo los siguientes pensamientos:

«El instinto en las mujeres equivale a la perspicacia de los grandes hombres.»

«Ninguna mujer gusta de oír el elogio de otra mujer; en este caso se reservan la palabra final a fin de avinagrar el elogio.»

«Sentir, amar, sufrir, sacrificarse será siempre el texto de la vida de las mujeres.»

«Los errores de la mujer derivan casi siempre de su fe en el bien o de su confianza en la verdad.»

«La mujer tiene de común con el ángel que los seres que sufren le pertenecen.»

«Un hombre por malicioso que sea no dirá nunca de las mujeres tanto bien ni tanto mal como ellas mismas.»

«La mujer es la reina del mundo y la esclava del deseo.»

«Una mujer virtuosa tiene en el corazón una fibra de menos o de más que las otras mujeres: o es estúpida o es sublime.»

«Quien sabe gobernar una mujer sabe gobernar un estado.»

Otro autor del que habla es del italiano Baretti, del que apunta este texto:

«Muy equivocados en cuestión de mujeres están aquellos hombres que no saben que ellas aprecian más ser alabadas por sus cualidades mentales que por las corpóreas.»

También menciona a Alejandro Dumas. En «Los mohicanos de Paris»  hizo popular una frase que generalmente se pronuncia en francés: «Cherchez la femme» (Buscad a la mujer). En el acto tercero, un policía dice: «En todos los asuntos hay una mujer; en cuanto leo el expediente digo: ¡Buscad a la mujer! Se busca a la mujer y cuando se la ha encontrado no se tarda en encontrar al hombre.»

También habla de esta frase que ha sido atribuida a muchos personajes, pero el original puede encontrarse nada menos que en Juvenal: «No hay causa alguna que una mujer no la mueva.»

Digan lo que digan los hombres es siempre la mujer la que les gobierna.

La compañía habitual de las mujeres es tan peligrosa como el uso inmoderado del vino: mata moralmente.

Hay siempre un rincón de silencio en las más sinceras confesiones de las mujeres.

Después Fisas se fija en lo que históricamente ha atraido físicamente. Él apunta lo que Brantôme consideraba perfecto:

«Para que una mujer sea hermosa y perfecta debe tener treinta bellezas. Tres cosas blancas: la piel, los dientes y las manos; tres negras: los ojos, las cejas y las pestañas; tres rojas: los labios, las mejillas y las uñas; tres largas: el cuerpo, los cabellos y las manos; tres cortas: los dientes, las orejas y los pies; tres anchas: el pecho, la frente y el espacio entre las cejas; tres estrechas: la boca, la cintura y los tobillos; tres gruesas: el brazo, los muslos y las pantorrillas; tres sutiles: los dedos, los cabellos y los labios; y tres pequeñas: los pezones, la nariz y la cabeza»

Según Calderón:

Que entre ingenio y hermosura el que puede elegir, debe, si para dama la hermosa, para mujer la prudente.

Y del mismo Calderón dos citas más:

Venciste mujer venciste con no dejarte vencer.

El que va a decir mujer empiece a decir mudanza.

Chamfort escribe: «Es necesario escoger: amar a las mujeres o conocerlas, no hay término medio.»  «Las mujeres en el cerebro tienen una célula de menos; en cambio tienen una fibra de más en el corazón.» Y para rematar opina que por mal que un hombre pueda pensar de las mujeres no hay mujer que no piense todavía peor. (Chamfort no Fisas)

Las Beguinas

marzo 26, 2009

kempeEn la Edad Media, a finales del siglo XII nacía en Flandes, Alemania y las naciones circundantes una corriente espiritual de mujeres que tenía tanta fuerza que influyó no solamente en la mística y en la ciencia de su tiempo, sino también en la de los siglos posteriores. La iglesia intentó ocultarla y silenciarla y en cierto modo lo consiguieron porque hoy pocas personas conocen la existencia de este importante movimiento. Me refiero a las Beguinas, hay que decir que también se constituyeron grupos de hombres con un funcionamiento parecido, los Begardos.

El movimiento se inció en Lieja, en Brabante o lo que hoy es Bélgica.  Si bien en Alemania tambien hay pequeños conventos dispersos es en Bélgica donde se va a producir el verdadero apogeo de la Beguinas y el resultado era una ciudad dentro de otra ciudad, es el ejemplo de Gante. Hubo hasta 18 conventos en Europa.

Hay que tener en cuenta que en la Edad Media las mujeres vivian bajo la tutela de los hombres, en el hogar como esposa y madre o bien en los conventos como monjas dedicadas a Dios y a la vida eclesiástica. Después de las Cruzadas muchos hombres han muerto y hay más mujeres que hombres, muchas familias mandan a sus hijas menores a conventos por las dificultades que tienen para conseguir una buena dote.

Amsterdam

Amsterdam

Las Beguinas fueron un movimiento femenino espontáneo, no hubo una fundadora ni normas de constitución; fueron comunidades autónomas que no estaban ni reguladas ni supervisadas. Eran casas dispersas por el norte de Europa que no se dedicaban a ninguna doctrina en particular sino que se dedicaban a una serie de ocupaciones.

Muchas mujeres solas o en pequeños grupos se establecieron en torno a iglesias o hospitales, recluidas en casitas dentro de un recinto, independientes del hombre y aunque dedicándose al culto a Dios, independientes también de la iglesia. Los beguinatos proporcionaron a las mujeres un espacio social donde desarrollarse económicacmente  ya que no podían desarrollar un oficio en la sociedad feudal. Se dedicaban a cuidar niños, enfermos, a coser y a bordar, y por ello frecuentemente debían enfrentarse con los gremios que las consideraban su competencia desleal.

Casitas de Beguinas
Casitas de Beguinas

En estos espacios las mujeres también encontraban un enriquecimiento intelectual que fuera del beguinato tenían vedado. Gozaban de una gran autonomía, eran autosuficientes, se defendían personalmente en los procesos legales y nadie interfería en la gestión de cada beguinaje.

Además, en estas comunidades aunque las mujeres no se casaban no se hacía voto de castidad y por tanto quedaban libres para esposarse en el momento que lo desearan. Eran religiosas pero sin alcanzar el estatus de monja, sin implicarse en la jerarquía de la iglesia.

Leyeron las escrituras y la Biblia por su cuenta y la iglesia atemorizada de que realizaran sus propias interpretaciones las tildó de brujas, prostitutas e infieles. La iglesia no tenía muy claro si el hecho de que tuvieran sus propias ciudades en miniatura era positivo porque las tenían

Indumentaria

Indumentaria

controladas en un lugar concreto o negativo por el poder que les infería.

Crearon hospitales para pobres y las escuelas llamadas Amigas que no eran otra cosa que escuelas para niñas. Crearon un  movimiento internacional con estrechos vínculos entre sí, se comunicaban por escrito y en persona, viajaban y en sus largos recorridos hacían grandes paradas para aumentar sus conocimientos.

Fueron muchísimas y actuaron durante dos siglos y medio y algunas murieron en la hoguera, tal es el caso de Margarita Porète que no quiso retractarse de sus dichos del libro «Espejo de las almas simples». A partir de 132 las propiedades de las Beguinas, la mayoría provenientes de familias adineradas, son confiscadas y ellas obligadas a casarse. En 1421 se disuelven todos los beguinajes y la persecución adopta forma de exterminio,  muchas mueren en la hoguera. Así se suprimió el primer movimiento de mujeres de la época cristiana y se borraron sus huellas.